«…cuanto más consciente se vuelva uno de sí mismo gracias al autoconocimiento y a los actos correspondientes, tanto más tenderá a desvanecerse ese estrato personal inconsciente superpuesto a lo inconsciente colectivo. Este hecho se ve seguido por la aparición de una consciencia que ya no está atrapada en el reducido universo egocéntrico de nuestra susceptibilidad personal y que participa en un universo más amplio, el del objeto. Esta consciencia ampliada ya no es ese ovillo susceptible y egoísta de deseos, miedos, esperanzas y ambiciones personales que ha de ser compensado e incluso corregido por tendencias personales inconscientes de signo opuesto, sino una función vinculada con el objeto, con el mundo, que hace que el individuo entre en una relación de comunión incondicional, obligatoria e indisoluble con la realidad.»
Carl Gustav JUNG
Obras Completas, pg. 275
Ed. Trotta