«El despertar no te rompe, así como la luna no quiebra el agua. No puedes obstaculizar el despertar, de la misma manera que la gota de rocío no destruye la luna en el cielo. La profundidad de la gota de rocío es la altura de la luna. En cada reflejo, por largo o corto que sea, se manifiesta la inmensidad de la gota de rocío y se realiza la infinitud de la luz de la luna en el cielo.»
Eihei Dōgen
—SHOBOGENZO.
La preciosa visión del Dharma verdadero—
Traducción anotada de Francisco Dokuso Villalba