Síntesis de algunas de las reflexiones de estos días en consulta, a solicitud de una de mis pacientes.
Por si le sirve a alguien más…:
(Manuel J. Moreno)1. Los problemas o dificultades exteriores no se resolverán mientras no haya un «retorno a casa», es decir, una mayor flexibilidad y aceptación de uno mismo, de lo que uno es, de la propia naturaleza (inconsciente)
2. El temperamento (lo heredado) no se puede cambiar, pero éste va a responder (de una u otra manera) en función de la actitud que adoptemos frente a nosotros mismos. Respeto, consideración, afecto, interés, confianza…, para con uno mismo, son indispensables e insustituibles
3. Querer manejar, dominar o manipular al «otro» (a los demás) es una manera equivocada (fallida y neurótica) de superar la propia inseguridad y los sentimientos de fragilidad (los complejos de inferioridad). Hay que dejar al «otro» ser él mismo desde una plena aceptación (amor maduro)
4. Las cosas debemos hacerlas «por y para» nosotros mismos. Si el «otro» acompaña estupendo, si no, tendrá sus propios gustos, ritmos y preferencias, tan respetables y dignas como las nuestras, aunque no nos gusten o encajen en nuestras expectativas. Si somos consecuentes con lo que somos, nacerá de manera espontanea el «buen rollo» hacia los demás, la actitud empática y compasiva (también el altruismo)
5. El carácter propio (lo adquirido) puede cambiar, pero (paradójicamente) a condición de no pretender cambiarlo. Es decir, de no forzar o auto-imponerse el cambio. La transformación psicológica es una posibilidad real consecuente al grado de consciencia que tengamos del juego o círculo neurótico en el que caemos una y otra vez, y de la voluntad que de ella resulte
6. La vida que somos, nuestra naturaleza psíquica (el alma humana) tiene los recursos y resortes adecuados para «curar» o disolver el conflicto y las dificultades de relación con nosotros mismos y con los demás, a condición de no ponerle trabas y de CONFIAR en su potencial inmanente
7. Hay que recuperar la confianza perdida y RENUNCIAR a ejercer control y dominio sobre los demás. Las cosas se gobiernan mucho mejor cuando no se pretenden gobernar. Flexibilidad
8. Ocuparse más y mejor de uno mismo, hacer cosas gratificantes: disfrutar, reír, cantar… Interesarse por las cosas y por los demás tal y como son, sin querer o pretender que sean de otro modo. Con todo lo «bueno» y lo «malo» que nos parezcan. Aceptación
9. No dejarse llevar por el pensamiento más allá de la situación dada: vivir en lo presente, ocuparse de las cosas con dedicación y entrega pero sin perfeccionismos. Disfrutar
10. Si aprendes a estar contigo mismo, a confiar en ti, en lo que eres y en lo que te constituye, en gran medida desconocido e inimaginable, tu naturaleza inconsciente, tu ser natural y verdadero, se sentirá aliviado y notarás el conflicto interior ceder, y las cosas (las circunstancias), comenzar a funcionar de manera diferente.
(Manuel J. Moreno)1. Los problemas o dificultades exteriores no se resolverán mientras no haya un «retorno a casa», es decir, una mayor flexibilidad y aceptación de uno mismo, de lo que uno es, de la propia naturaleza (inconsciente)
2. El temperamento (lo heredado) no se puede cambiar, pero éste va a responder (de una u otra manera) en función de la actitud que adoptemos frente a nosotros mismos. Respeto, consideración, afecto, interés, confianza…, para con uno mismo, son indispensables e insustituibles
3. Querer manejar, dominar o manipular al «otro» (a los demás) es una manera equivocada (fallida y neurótica) de superar la propia inseguridad y los sentimientos de fragilidad (los complejos de inferioridad). Hay que dejar al «otro» ser él mismo desde una plena aceptación (amor maduro)
4. Las cosas debemos hacerlas «por y para» nosotros mismos. Si el «otro» acompaña estupendo, si no, tendrá sus propios gustos, ritmos y preferencias, tan respetables y dignas como las nuestras, aunque no nos gusten o encajen en nuestras expectativas. Si somos consecuentes con lo que somos, nacerá de manera espontanea el «buen rollo» hacia los demás, la actitud empática y compasiva (también el altruismo)
5. El carácter propio (lo adquirido) puede cambiar, pero (paradójicamente) a condición de no pretender cambiarlo. Es decir, de no forzar o auto-imponerse el cambio. La transformación psicológica es una posibilidad real consecuente al grado de consciencia que tengamos del juego o círculo neurótico en el que caemos una y otra vez, y de la voluntad que de ella resulte
6. La vida que somos, nuestra naturaleza psíquica (el alma humana) tiene los recursos y resortes adecuados para «curar» o disolver el conflicto y las dificultades de relación con nosotros mismos y con los demás, a condición de no ponerle trabas y de CONFIAR en su potencial inmanente
7. Hay que recuperar la confianza perdida y RENUNCIAR a ejercer control y dominio sobre los demás. Las cosas se gobiernan mucho mejor cuando no se pretenden gobernar. Flexibilidad
8. Ocuparse más y mejor de uno mismo, hacer cosas gratificantes: disfrutar, reír, cantar… Interesarse por las cosas y por los demás tal y como son, sin querer o pretender que sean de otro modo. Con todo lo «bueno» y lo «malo» que nos parezcan. Aceptación
9. No dejarse llevar por el pensamiento más allá de la situación dada: vivir en lo presente, ocuparse de las cosas con dedicación y entrega pero sin perfeccionismos. Disfrutar
10. Si aprendes a estar contigo mismo, a confiar en ti, en lo que eres y en lo que te constituye, en gran medida desconocido e inimaginable, tu naturaleza inconsciente, tu ser natural y verdadero, se sentirá aliviado y notarás el conflicto interior ceder, y las cosas (las circunstancias), comenzar a funcionar de manera diferente.